La asignatura Equidad y género de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, constituye en el mapa curricular una de las cuatro cursos correspondientes al área común, que en el caso de esta licenciatura está orientada al desarrollo y fortalecimiento de las competencias que todo ser humano debe poseer para desempeñarse en cualquier ámbito de la vida, competencias que son expresadas como una aspiración en todos los niveles educativo.
En este curso se aspira a un diálogo que comience de fuera hacia dentro y concluya de dentro hacia afuera, en donde el estudiante totalmente convencido e inspirado, pueda proyectar en su persona y en su labor, puedan generar trasformaciones que prevengan y atiendan en la sociedad en general y en los centros educativos en particular, aquellos actos y relaciones marcadas por la violencia, la discriminación, la dependencia, el rezago y el estigma por situación de género.
Entendemos la educación como un proceso compartido de construcción de significados en el que las redes sociales que la generan, van forjando interpretaciones sobre el mundo que rodea a los individuos. Es en esta esfera donde particularmente los estudiantes (hombres y mujeres), construyen sus ideas sobre ellos mismos y sobre los otros con quienes sostienen algún tipo de interacción, así mismo, fundan su significado en relación a los valores y las relaciones humanas; es en la educación y especialmente la que ocurre en el entorno escolarizado, donde la socialización tiene un papel determinante en el tipo de interacciones que tienen (y tendrán) con el resto de las personas y con los otros, y por lo tanto en perpetuación y/o reproducción de las relaciones de poder asimétricas.
En virtud de la agudización de las problemáticas sociales de un mundo complejo, hoy resulta cada vez más claro, que para atender a su responsabilidad es necesario insistir en la propia formación que reciben, de ahí que es necesario ofrecer los medios y posibilitar las condiciones para que sea posible en este caso, la cabal comprensión de las implicadas relaciones que se producen o reproducen en los espacios escolares que de manera explícita e implícita, consciente e inconsciente, material o simbólica producen relaciones y formas discriminantes e inequitativas entre hombres y mujeres.
Sociedad y autoridades educativas están conscientes de la relevancia de la comprensión y la práctica de una educación con perspectiva de género, tal como lo estipulan diversos documentos normativos a nivel federal que derivan en líneas y estrategias concretas de política educativa en las diversas entidades como son: Los artículos 1,3 y 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los diversos lineamientos de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW), el artículo 38 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, El artículo 8 fracción III de la Ley General de Educación, diversas fracciones de los artículos 1, 2, 3, 5, 6, 7, 11 de la Ley General de Desarrollo Social, los diversos lineamientos de la Ley General para la Igualdad entre hombres y mujeres, la Ley General para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la estrategia III “Perspectiva de género” del Plan Nacional de Desarrollo; y el apartado de Políticas Trasversales con Perspectiva de Género del Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016 del estado de Durango.
El sistema educativo en general, plantea que ha asumido el reto de incorporar la perspectiva de género en la política de un nuevo enfoque de trabajo para la educación en todos sus niveles, para de esta manera tratar de incidir en las causas que obstaculizan el desempeño y el acceso a la educación.
En congruencia con lo anterior, se espera que los estudiantes en formación, discutan y construyan ejes de análisis, alrededor de la literatura que aborda el proceso de construcción del género y sus implicaciones, desde un punto de vista conceptual y teórico.